Rick Day |
Si alguna vez te has quedado dando vueltas en la cama sin poder dormir, quizás la solución esté en tus propias manos. Literalmente. La masturbación no solo es una forma saludable de disfrutar de nuestro cuerpo, sino que también puede ser un poderoso aliado contra el insomnio. Vamos a hablar de cómo y por qué este acto íntimo tiene efectos tan positivos sobre nuestro descanso nocturno.
Después de alcanzar el orgasmo, nuestro cerebro entra en un estado de reposo, apagando esa sensación de deseo sexual que nos mantenía activos. Diversos estudios científicos han demostrado que durante el orgasmo, el córtex cerebral —la parte responsable de nuestros pensamientos conscientes— se desconecta, liberando el estrés y facilitando el sueño. Este apagón mental es clave para que podamos relajarnos y caer en un descanso profundo.
Además, durante la masturbación y el orgasmo, el cuerpo libera una serie de hormonas que nos ayudan a conciliar el sueño de forma más rápida y efectiva. La oxitocina y la hormona antidiurética son dos componentes clave en este proceso. No solo están vinculadas con el bienestar y la relajación, sino que también están relacionadas directamente con el ciclo del sueño. Estas hormonas, junto con la melatonina, preparan nuestro cuerpo para descansar, reduciendo el tiempo que pasamos despiertos en la cama.
La serotonina y los opioides naturales que nuestro cerebro libera al momento del clímax también juegan un papel fundamental. Estos químicos son conocidos por su capacidad para relajarnos, disminuyendo la ansiedad y el estrés que, muchas veces, son los culpables de nuestro insomnio. Así que, una buena masturbación puede ser ese “somnífero natural” que buscamos cuando no logramos dormir.
Ahora bien, para quienes buscan optimizar el placer y el descanso, aquí te dejamos algunas técnicas y consejos que pueden hacer la experiencia más placentera y efectiva:
Ambiente relajado: Si tienes problemas para dormir, asegúrate de que el espacio sea propicio para la relajación. Baja las luces, pon una música suave si te ayuda, y concéntrate en el momento.
Juguetes sexuales: Si quieres variar la experiencia, los juguetes sexuales pueden ser grandes aliados. Masturbadores o vibradores diseñados específicamente para hombres pueden añadir un extra de estímulo que acelere el proceso hacia el clímax.
Conócete a ti mismo: La clave está en explorar y disfrutar del proceso. Tómate tu tiempo para conocer lo que realmente te excita y cómo tu cuerpo reacciona ante distintos estímulos. No se trata solo de llegar al orgasmo rápido, sino de disfrutar cada sensación hasta que llegues a ese punto de relajación máxima.
Respiración controlada: A medida que te acercas al orgasmo, prueba controlar tu respiración. Inspirar y expirar de manera pausada puede ayudarte a intensificar el placer y, al mismo tiempo, prepararte para el descanso.
Imaginación erótica: Deja que tu mente se libere. Piensa en fantasías que te exciten, juega con la imaginación y permite que tus pensamientos fluyan libremente. Un buen estímulo mental puede ser tan poderoso como el físico a la hora de alcanzar el orgasmo.
Para aquellos que prefieren un enfoque más directo, el uso de lubricantes a base de agua puede hacer que la masturbación sea más placentera y cómoda. Facilitará el movimiento y aumentará las sensaciones, contribuyendo a un orgasmo más satisfactorio y, por ende, un sueño más profundo.
La masturbación no solo es una vía natural para liberar tensiones, sino que tiene efectos muy positivos en nuestro ciclo de sueño. Así que la próxima vez que el insomnio te haga una visita, no dudes en darte una mano para relajarte. Al final del día (o de la noche), se trata de disfrutar del cuerpo, reconectar con nosotros mismos y, de paso, dormir como bebés.
¡A disfrutar y dormir mejor!