Rick Day |
La próstata es el epicentro del placer interno masculino. Este pequeño órgano, del tamaño de una nuez, está a unos 5 centímetros dentro del ano, hacia el frente, en dirección al pene. Cuando se estimula correctamente, puede amplificar el placer durante el sexo y elevar nuestros orgasmos a otro nivel. Los hombres pasivos lo saben bien: esa conexión entre la penetración y la estimulación prostática es lo que les permite alcanzar clímax explosivos, incluso sin tocarse el pene.
Pero no necesitas ser pasivo para disfrutar de este placer único. Si eres activo, puedes explorar tu Punto R de manera gradual. Durante el sexo, deja que tu pareja introduzca un dedo lubricado suavemente mientras te penetra o te estimula manualmente. Notarás cómo tu erección se vuelve más firme y cómo la sensación de placer se intensifica con cada movimiento.
La clave está en la preparación y la comunicación. Tanto el activo como el pasivo deben estar relajados y excitados para que la experiencia sea placentera. Usa un buen lubricante y avanza con calma; la confianza y el consentimiento mutuo son fundamentales. Si eres tú quien desea explorar su Punto R, comparte tus deseos con tu pareja y haz del momento algo erótico y divertido.
Existen también juguetes diseñados específicamente para estimular la próstata. Un masajeador prostático puede ser una gran herramienta, ya sea que lo uses solo o en pareja. Elige uno con una curva que alcance fácilmente tu próstata y con vibraciones que intensifiquen el placer. Esto puede ser el complemento perfecto para tus encuentros sexuales o tus momentos de autoexploración.
¿Por qué limitar nuestro placer cuando tenemos tanto por descubrir? Explorar el Punto R no solo transforma la manera en que vivimos el sexo, sino que nos conecta de manera más profunda con nuestro cuerpo y con nuestra pareja. Dejemos los prejuicios atrás y disfrutemos de todo lo que nuestro cuerpo tiene para ofrecernos. ¡El placer está ahí, esperando que lo toquemos!