Rick Day |
Pornomanía: ¿Te gusta el porno? ¡A mí también! Todavía hay quienes condenan la
pornografía ofreciendo argumentos como que denigra a los actores y caricaturiza
el sexo.
Siendo sinceros, considero que más de uno de los que están leyendo esto quieren -y me incluyo- ser denigrados de esa manera.
La mayoría de los hombres hemos visto este tipo de
películas y nos hemos imaginado dentro de alguna escena y en la posición de
alguno de los actores. Ya sea por sus físicos esculpidos por horas de gimnasio,
el tamaño de sus miembros o el placer que supone sienten en el momento,
queremos meter nuestras cabezas en la pantalla, tanto metafórica como
literalmente.
Algo que no puedo negar es que una escena de sexo es tan ensayada y
programada como la de cualquier película de acción. Desde colocar la cámara en
ciertos ángulos de forma tal que las “cosas” se vean mucho más grandes, hasta
hacer que tres “metidas” se conviertan en 45 minutos de penetración fluida y
sin descanso, repitiendo esas tres metidas una y otra vez, y desde diferentes
cámaras y ángulos. Estos aspectos hay que dejarlos claros porque muchos hombres
pueden llegar a sentirse acomplejados si no tienen 24 cm de carne entre sus
piernas y si tampoco pueden penetrar más de media hora seguida.
La pornografía es un método de entretenimiento para adultos; pero
recuerda que nada en exceso es bueno, cuando sientas que ésa es la única forma
en la que puedes excitarte entonces es momento de dejar un poco de lado este
tipo de materiales y buscar el contacto humano que no puede ser reemplazado por
nada en el mundo.
Que no te incomode lo que haces en la privacidad de tu habitación para
entretenerte y deja de esconder tu colección de películas bajo el colchón o con
una clave en una de las carpetas de tu computador con el nombre de “proyectos
de investigación” pues no eres el primero ni serás el último en disfrutar de
este tipo de material.
Si ver pornografía es una enfermedad entonces no me quiero curar.